Si me seguís desde hace un tiempo ya sabéis cuanto me gusta que un vestido de novia tenga muchas vidas, y lo empeñada que estoy en demostrarlo.
Son muchas las novias que quieren poder volver a utilizar su vestido, y algunas vienen con la idea de teñirlo o cortarlo, pero no conozco a ninguna que se haya atrevido! Si esa idea te ronda la cabeza, una blusa de encaje es la mejor opción. Puedes combinarla con un vestido o una falda impresionantes para tu día B, y después llevarla con una camiseta y un pantalón para una cena. O como he hecho yo, lucirla en tu luna de miel con un bikini!

Isla de Hong, Krabi (Tailandia)
Desde que el verano pasado me animé a hacer fotos en la playa, ya no hay vacaciones a las que no me lleve algo del atelier en la maleta. No hace falta gran cosa, solo un paisaje bonito y ser un poco payasa. A veces las fotos improvisadas son las más bonitas.
En enero cogí un par de semanas de vacaciones para coger fuerzas antes de la temporada, no cerraba tanto tiempo desde que abrí el atelier hace ya casi cuatro años… Así que tampoco quise volverme loca organizando una sesión. Simplemente envolví la blusa con cuidado (el encaje es delicado y se engancha con facilidad) y la puse en la bolsa de la playa esperando encontrar el momento adecuado.
Y el momento me pilló bastante despeinada… que le vamos a hacer!
Por si acaso las primeras fotos no estaban bien, hice un segundo intento cerca del hotel en Koh Samui, Tailandia. Aquí ya tuve tiempo de peinarme y ponerme un poquito de rimmel waterproof 😉

Cierre con botonadura en la espalda
Ya es la tercera sesión amateur que hago y cada vez me lo paso mejor. Solo hay que encontrar un sitio despejado y hacer muchas muchas fotos, verás como alguna sale bien! Y si no, nadie tiene porqué saberlo 😉
¡Espero que os haya gustado!